El Museo de Sitio de las Huacas del Valle de Moche de la Universidad Nacional de Trujillo (UNT) está ubicado a pocos metros de la Huaca de La Luna y se extiende sobre un área de 1,245 m2. Está conformado por tres salas de exhibición, una cafetería, servicios higiénicos, una tienda y un corredor, además de un antiteatro de 680 m2, un centro de investigación de 649 m2, que tendrá laboratorios totalmente equipados, biblioteca especializada, auditorio, depósitos climatizados, talleres y oficinas. Este lugar se convertirá en la base de una escuela de campo de arqueología y de asistencia técnica para otros proyectos del país y del extranjero. Además existe un área de parqueo de 6,000 m2 para automóviles y buses, así como zonas libres para bosques, cortaviento y poza de tratamiento de aguas para riego de árboles nativos. Tiene un innovador sistema de ventilación natural en las tres salas de exhibición, que reemplaza a los costosos equipos de aire acondicionado. Sin duda es uno de los más modernos del país y de América Latina.
Museo de sitio de las Huacas de Moche |
El “Patronato de las Huacas del Valle de Moche”, realizó las gestiones y financió el expediente técnico con aporte de la empresa Backus y la minera Barrick, mientras que la Universidad Nacional de Trujillo, desarrolló las acciones preliminares para licitar la obra y posteriormente ejecutó la obra ante la deserción del consorcio que ganó el concurso público. También se obtuvo el apoyo de Hidrandina con el tendido de la red trifásica que incluye caseta y transformador, así como de Chavimochic con la donación de 660 árboles nativos: 60 de ellos frutales, lo cual permitirá una mejor protección de los vientos y la recuperación del paisaje del entorno. La moderna infraestructura fue financiada con 10 millones de nuevos soles entregados por la Presidencia de la República y fue inaugurado el jueves 24 de junio del 2010 por el presidente de la República, Alan García Pérez.
Es importante resaltar que el Proyecto Arqueológico Huaca de la Luna, ha transformado un recurso cultural arqueológico en total abandono (1990), en un inédito centro de investigación científica y de proyección académica universitaria, así como en un producto turístico. Dicho proyecto además ha promovido el desarrollo de pequeñas y medianas empresas de servicios turísticos en la población nativa del entorno, consolidando su identidad cultural. Este cambio se debe al innovador concepto de gestión y manejo empresarial de un sitio arqueológico en abandono, en donde la sinergia de dos instituciones, una estatal y la otra privada (Universidad Nacional de Trujillo y Patronato Huacas del Valle de Moche) han hecho posible esta realidad que es un modelo de manejo para otros sitios monumentales.
Es preciso resaltar que los objetos que se exhiben en las vitrinas del Museo provienen, en su totalidad, de la colección que los arqueólogos del Proyecto Arqueológico Huaca de la Luna han extraído, investigado y conservado desde 1991. Son en total 252 piezas, todas originales y muchas de ellas, únicas a nivel nacional, que ponen de manifiesto el desarrollo de la Cultura Moche
Piezas de cerámica originales. |
La ubicación de las edificaciones e instalaciones que conforman el complejo del Museo de Sitio y Centro de Investigación de las Huacas del Sol y la Luna, se escogió la zona que se encuentra en el límite sur del área del sitio arqueológico y que colinda al oeste con la campiña de Moche. La mencionada elección obedece a la necesidad de generar el mínimo impacto con relación a la posible presencia de evidencias arqueológicas y, desde el punto de vista visual, con relación al paisaje que constituye el entorno del complejo monumental. Por otra parte, esta ubicación favorece la relación con los pobladores de la campiña y para ello, se ha diseñado el área de desarrollo comunal.
El circuito de recorrido no es lineal, sino anular, es decir el público circula alrededor de los componentes instalados, pero con cierta libertad. Estos componentes son el módulo central, y algunas vitrinas expuestas a lo largo del circuito; sin embargo, si bien hay cierta libertad en el camino, hay una secuencia base que ordena al visitante en su visita. Estudios de percepciones sobre dicho recorrido indican que (a diferencia de un circuito muy estructurado, de “paso obligado” por un solo lugar) el público percibe que la presentación museográfica está sustentada en una sólida investigación y conocimiento de los temas allí presentados. La intención de los creadores no es mostrarse como los poseedores de la verdad e imponer su mirada y única interpretación de los hechos del pasado.
En este Museo se recreará el legendario pasado de los Moches, una de las sociedades más exitosas de la antigua historia peruana, que tuvo su apogeo entre los años 100 y 900 dc., y que tuvo por territorio la desértica costa del norte del Perú, entre los valles de Casma por el sur hasta Piura por el norte.
La primera sala está dedicada a ofrecer detalles del mundo mochica. Las piezas de cerámica han sido seleccionadas para mostrar diferentes aspectos de la iconografía y actividades desarrolladas por los moche. Hay ceramios con el diseño de la serpiente y el símbolo escalonado. Otras piezas de cerámica muestran la fauna de aquella época, la caza del venado y del lobo marino. En lo referente a la religión, se representan diversos elementos, como son la montaña sagrada, las carreras y combates rituales, los sacrificios humanos y los prisioneros sacrificados.
En la segunda sala están en exhibición la tumba del Sacerdote - Guerrero, la del Shaman, el Señor de los Prisioneros, el Sacerdote Ciego, la Artesana Tejedora y un re-entierro moche. La pieza de cerámica símbolo de Huaca de La Luna, conocida como “Pato Guerrero”, tiene un lugar especial en esta sala.
El pato guerrero |
También hay ceramios que muestran la importancia que tuvo la hoja de coca en las ceremonias, ceramios que tienen la representación de hombres que mastican la hoja de coca.
Ceramios de chacchadores de coca |
La orfebrería muestra algunos adornos que se usaban en los vestidos ceremoniales, así como las orejeras y un magnifico ornamento de cobre dorado que era utilizado sobre la espalda.
Objetos de orfebrería |
La tercera sala está dedicada a los descubrimientos efectuados en la ciudad Moche. Están en exhibición instrumentos musicales de cerámica, figurinas, moldes y objetos utilizados en textilería.
Un nuevo concepto de museo ha comenzado a gestarse en el Perú, las Huacas de Moche se han convertido en pocas semanas en un gran ejemplo de cómo un museo puede ser eficiente para educar sin dejar de ser atractivo y dinámico. Los problemas que tenemos para recordar el contenido de otros museos locales es la mayor prueba de que, a pesar de las buenas intenciones, se necesita más que una excelente colección de piezas para llegar a transmitir una historia al visitante. El gran logro de las Huacas de Moche radica justamente en eso: lograr que la visita no sea una exposición apabullante de cientos de datos y objetos imposibles de recordar a la salida del museo, sino más bien una experiencia que entretenga e impacte y, a partir de ello, logre educar.
No es la idea que al salir del museo los visitantes pensaran que en media hora se les había tratado de meter toda la historia moche en la cabeza. La idea es que el museo se sintiera como un espacio abarcable y sencillo. Dentro de la industria cultural los museos están compitiendo con el cine o el teatro; por lo tanto un museo tiene que dar el mismo tipo de satisfacciones que éstos. Así, la cantidad de objetos expuestos, alrededor de 250, bordea tan solo la décima parte de las piezas que se han ido rescatando en el área a lo largo de 19 años de trabajo.
La reducción de elementos en exposición es ya un avance teniendo en cuenta que lo tradicional en los museos arqueológicos era la acumulación de la mayor cantidad posible de objetos, la manera en la que estos han sido agrupados también marca una nueva tendencia. En los museos generalmente se presentan las obras según los materiales: todas las cerámicas por acá, todos los oros por allá. Las piezas están disociadas de su uso o contexto, en las Huacas de Moche se ha utilizado otro criterio de agrupación: el tema o uso.
Por eso, se han hecho vitrinas temáticas según aspectos comúnmente representados en los objetos moches, por ejemplo, la caza del venado, la importancia de la serpiente, los combates, la vida de los orfebres, etc. Agrupando así objetos de diversos tipos, se ayuda a ilustrar mejor un mismo tema.
Representación de la vida de los moches. |
Con las investigaciones que se han realizado en la costa norte, queda claro que los mochicas fueron especialmente virtuosos para usar las imágenes (en frisos, en ceramios, en objetos metálicos) como una herramienta para trascender su mundo. Por ello, resulta natural, casi una continuación de estilo, que el diseño tuviera un rol importante en la propuesta de Huacas de Moche. Por lo general, los museos tratan de hacer que el ambiente que cobija una colección sea lo más neutro posible. Existe aún el temor de que los objetos expuestos pierdan importancia frente al diseño o el trabajo audiovisual.
Aquí es al revés, se busca que la gente se acerque a la colección mediante el diseño. Tras un arduo trabajo de campo reconociendo las diferentes imágenes presentes en la Huaca de la Luna y en diversos cerámicos moches, se desarrollaron las ya mencionadas vitrinas temáticas, que aprovechan los diseños de las propias cerámicas recreándolos en los fondos de las vitrinas y utilizándolos como guías para agrupar diversos objetos en un solo espacio.
Se ha puesto especial atención en la forma en la que la información se expone a los visitantes, no se usan tecnicismos ni palabras difíciles, sino un lenguaje correcto pero sencillo. En vez de estar concentrando los textos, estos se han desestructurado y se han convertido en pequeños párrafos al lado de sus objetos.
Pequeños párrafos en castellano e inglés con las ideas claves resaltadas en color saltean las vitrinas, e información especializada para interesados en el tema, como la procedencia de cada uno de los objetos expuestos, se encuentran en la parte inferior de cada armazón, ayudando así a que cada visitante lea la cantidad de texto que considere necesaria para cada estación del museo.
Pequeños párrafos en español e inglés al lado de los objetos. |
Una de las características más destacables del museo es su componente tecnológico audiovisual, puesto al servicio de la didáctica, que responde a la demanda de un público cada vez más acostumbrado a interpretar imágenes en movimiento, poco texto, sonido, cambios de registro rápidos. Además, la tecnología de animación es ideal para recrear procesos del pasado que han sido recuperados por la arqueología y que sería muy difícil de mostrar con elementos estáticos como fotos y texto.
Uno de los elementos que más impactan al interior del museo es un gran cubo que proyecta en sus cuatro caras laterales una animación que explica aspectos como los combates y sacrificios moches o la forma en la que fue mutando la Huaca de la Luna a lo largo de los siglos. No es un video en 3D, sino producto de la laboriosa técnica de stop motion, es decir, la recreación de una maqueta y cada uno de los elementos que aparecen en los videos, fotografiados cuadro por cuadro y unidos para dar la sensación de que están en movimiento.
No se usa técnica audiovisual porque es linda, sino porque habían cosas que no se iban a poder transmitir de otra forma. Para la representación de la transformación de la Huaca de la Luna en el tiempo se hicieron cientos de pequeños adobes que fueron colocados uno a uno sobre el diseño inicial del templo y que crean el efecto de ver cómo se fue construyendo la Huaca. Tremendo esfuerzo se ha visto recompensado por la textura realista impresa en cada video y que ayuda a que el espectador se imagine con más facilidad lo que está viendo representado en la pantalla.
En el siguiente enlace se obtendrá una animación que muestra el misticismo de la Huaca de la Luna y encierra historias legendarias que sus pobladores crearon para dar significado a tan portentoso monumento arquitectónico:
La Leyenda de la Huaca de la Luna (Ruta Moche)
La Leyenda de la Huaca de la Luna (Ruta Moche)
La visita al Museo no reemplaza la necesaria subida a la Huaca de la Luna, que se encuentra bajo las faldas del Apu tutelar de los moches: Cerro Blanco, sino que prepara, orienta, y crea una atmósfera de expectativa mayor por ir al mencionado complejo arqueológico. No devela sus misterios, sino que los explica a lo largo de una narrativa con un cierto tono de cuento, retrocediendo al pasado, preparando al visitante al generar una cierta empatía histórica con lo que ha venido a conocer.
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